*En la primavera de 2009 nos fuimos mis hermanos, madre, abuelo y yo a un ranchito “club campestre” en el municipio de Tecate. Después de instalarnos y comer nos fuimos a caminar con nuestro tata; escuchando los anécdotas de su juventud veíamos a los patos nadar en el lago, a los arboles enverdecer, al cielo azul sin nubes, disfrutando el agradable clima. Fueron momentos muy agradables en los que podíamos sentir el amor entre nosotros, reír, filosofar y aprender. El intercambio de experiencias vividas nos llevaba a importantes conclusiones y lecciones de vida, reflexiones útiles para la toma de decisiones, para aprender a aprovechar las oportunidades, para disfrutar cada etapa de la vida. A este ranchito hemos ido desde que yo era muy chico, existen muy bonitas y divertidas anécdotas de muchos convivios familiares en este sitio, un lugar al que nunca quiero dejar de ir…*
Alejandro Ruma*
Abril 2009
Celular 2.0 MP
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